martes, 15 de enero de 2013

Con los piquitos

Pues... sí, todavía otra canción más, para mi asombro, de la serie que me persigue estos días. Esta exige un cantante de lo más silviático, rico en matices y firme en agudos; pero, en lo que aparece, como siempre me ha tocado a mí dar el pego. Para los curiosos de esas cosas (que lo notarán sin que yo lo diga), la mayor parte de la melodía está en el viejo modo frigio, que ya se me había insinuado en otra ocasión (en la venerable, si no decrépita, Lady Aurora). En total hay cinco acordes —y ninguno es mayor.



XVI

Con los piquitos
las golondrinas de ayer
repican, amor,
a los cristales de tu ventana:
ábreles, ¿no?

Porque te dicen que ya no llueve,
que ya pica el sol,
que puedes ya salir a la calle
sin capa, sin medias,
sin condición,
y ¿por qué no?

¿Qué haces ahí tras esos cristales
tan pálida, amor?
¿No sales? ¿No la dejas en lágrimas
fundirse Ia escarcha
del corazón?
Y ¿por qué no?

¿Quién te retiene ahí con hechizos,
tan clara prisión?
¿No sabes? ¿No? ¿Ni con la cabeza
me dices siquiera
si sí o no?
Y ¿por qué no?

¿No oyes las golondrinas de antaño
que el frío mató
treinta años hace? ¿Las oyes, tantas
que tañen al alba
por tu balcón?
Y ¿por qué no?

Aunque tú estés
del lado de allá del cristal,
escucha, amor,
cómo repican en tus oídos:
ábreles, ¿no?


1984 para 1958

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